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lunes, 11 de abril de 2011

Adam Smith



El trabajo de Pedro:


Adam Smith nació en 1723 en Escocia. Su padre, juez y oficial de aduanas, murió al nacer él. Su madre lo educó en Kilcardy. A los catorce años entró en la Universidad de Glasgow, donde tomó contacto con Francis Hutcheson, que también había sido profesor de David Hume. Hutcheson tuvo mucha influencia sobre Smith y le debe en gran parte sus ideas sobre la libertad política.

La importancia del interés individual en el pensamiento económico de Adam Smith:

En la “riqueza de las naciones”  cabe destacar como combino una teoría de naturaleza humana con observaciones practicas de la vida económica.

Smith enriqueció la economía con un nuevo supuesto: en materia económica, el ser humano se mueve principalmente por su interés individual antes que por el bien de los demás. En uno de sus pasajes más conocidos, Adam Smith explica esta teoría al señalar que el pan no lo obtenemos en el mercado por la benevolencia del panadero, ni la carne por la benevolencia del carnicero, sino porque éstos buscan una ganancia monetaria. Este hecho se repite, según él, en todas las esferas del ámbito económico. Sin embargo, no implica que las personas se muevan siempre egoístamente. A su juicio, el interés propio se ciñe de manera exclusiva al ámbito económico, pero en otros aspectos de la vida es perfectamente posible y es incluso un deber moral ser generoso.

La mano invisible:

Se trata de un organismo que se encarga de regular los mercados y los distintos tipos de intereses propios, que gracias a ella, se armonizan. La importancia de la mano invisible aumenta en la medida en que la sociedad se va desarrollando y la división del trabajo crece. Así, la labor de este mecanismo viene a ser el uniformar información cada vez más parcializada y dividida ente los individuos. La existencia de este orden natural hace que la interferencia gubernamental sea indeseable en la mayoría de las materias, y es precisamente por esto que Adam Smith se identifica con el Laissez Faire. Las labores del gobierno, por lo tanto, deben centrarse en la defensa interior y exterior, en administrar justicia y en proveer Bienes Públicos (por ejemplo, hacer caminos). El resto lo debe hacer la mano invisible.

La división del trabajo en el pensamiento de Adam Smith:

Para Adam Smith la división del trabajo es la principal fuente de crecimiento y desarrollo de un país. Esto es posible debido a que aumenta la habilidad del trabajador al dedicarse a un número pequeño de operaciones. Su postulado lo ejemplifica con una fábrica de alfileres (y lo hace porque existía una fábrica de alfileres muy cerca de la casa donde vivía cuando era niño). Si un alfiler fuera hecho íntegramente por un trabajador, este hombre se demoraría mucho en estirar el alambre, luego en cortarlo, luego en afilar la punta para finalmente ponerle una cabeza. Es decir, si diez personas realizan aisladamente alfileres, podrían hacer sólo unos cuantos por persona; en cambio, si trabajando juntos cada trabajador se especializa en una parte del proceso (sólo uno corta, el otro estira el alambre, el otro pega la cabeza, etc.), al final del día se tendría una producción muchísimo mayor. Ésta es la clave del crecimiento económico.

No obstante, a pesar de los grandes beneficios que le genera a un país la división de trabajo, Adam Smith considera que esta división es la causa principal de que un grupo importante de la población se idiotice, al tener que realizar labores muy mecánicas. Aquí radica la importancia que le da este autor a que el estado incentive la educación y la religión como una forma de mitigar este mal causado.

Este último punto reflejo bien la personalidad de Adam Smith como un liberal moderado; si bien a priori era contrario a la intervención de la autoridad en materia económica, siempre estuvo dispuesto a incluir excepciones a sus reglas generales.

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