Empiezo poniendo la información sobre Malthus sacada de Eumed.
Economista burgués reaccionario, fundador de la economía política vulgar en Inglaterra, sacerdote; por su origen, pertenecía a la clase terrateniente y fue un ideólogo de la clase feudal. Sus obras principales son “Ensayo sobre la ley de la población” (1789) y “Principios de economía política” (1817).
Con miras a la defensa de las clases dominantes, ante todo de los señores feudales, Malthus intentó explicar la desigualdad económica, la miseria y la pobreza de las masas trabajadoras bajo el capitalismo recurriendo a las leyes “naturales”, a las leyes “eternas” de la naturaleza. Afirmaba que la población se duplica cada 25 años, es decir, crece en progresión geométrica, mientras que los medios de subsistencia en el mejor de los casos aumentan en progresión aritmética.
Apoyaba su tesis sobre el aumento de la población presentando el ejemplo de los Estados Unidos y haciendo por completo caso omiso de la inmigración; en lo tocante al crecimiento de la producción de los medios de subsistencia aducía como ejemplo el de los atrasados países coloniales.
De su examen infería Malthus la conclusión de que la miseria y la penosa situación de los trabajadores son una consecuencia de la superpoblación absoluta, es decir, se deben a que los hombres se reproducen más rápidamente que el ritmo en que aumenta la cantidad de medios de subsistencia. A su entender, los principales medios de evitar la falta de concordancia entre el crecimiento de la población y el de los medios de subsistencia son las enfermedades epidémicas, el hambre, las guerras, la renuncia al matrimonio y la limitación de la natalidad. Por el influjo de Malthus, se suprimieron en Inglaterra los exiguos subsidios que se concedían a los pobres y se organizaron “casas de trabajadores”.
En su teoría de la realización, Malthus intentaba justificar la existencia de la clase de los terratenientes sosteniendo que la ganancia se debe a que los precios de las mercancías superan al valor de las mismas; de ello sacaba la conclusión de que se requiere un tipo especial de división del trabajo, de suerte que el capitalista debe ocuparse de la producción y de la acumulación, mientras que el derroche de la riqueza ha de ser cosa de la aristocracia terrateniente, de las personas que reciben asignaciones del Estado, de la Iglesia, etc.
Las concepciones de Malthus, sobre todo las relativas a la población, algo modificadas, se han difundido ampliamente entre los economistas burgueses, defensores del capitalismo. Los malthusianos modernos utilizan las ideas pseudocientíficas de Malthus para defender la “teoría” racial, para justificar la permanente desocupación masiva, para exaltar las guerras y las medidas del capital monopolista contra el movimiento obrero y contra la lucha de liberación nacional de los pueblos oprimidos por el imperialismo.
Los clásicos del marxismo-leninismo han sometido a una crítica demoledora las concepciones maltusianas. Han demostrado que en la sociedad humana no existe una ley “eterna” y extrahistórica de la población, que a cada modo de producción le son inherentes leyes de población propias, y que la existencia de una superpoblación relativa (pero no absoluta) bajo el capitalismo es una consecuencia de la ley general de la acumulación capitalista.
Como pone de manifiesto la experiencia de la construcción del socialismo en varios países, el desarrollo de las fuerzas productivas, el progreso científico y técnico permiten asegurar la existencia acomodada de la población del globo terráqueo y su incremento. Y si en el mundo capitalista las masas trabajadoras sufren duras privaciones, la culpa de ello recae por entero en el régimen capitalista.
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